Descubre el arte ancestral japonés de los arreglos florales y sus estilos más conocidos
El Ikebana, también conocido como Kado, es un arte de composición floral japonés que sigue unas reglas y un simbolismo preestablecidos.
En japonés, el término quiere decir tanto "dar vida a las flores" como "arreglo floral". La otra denominación, Kado, significa "el camino de las flores".
Historia
Una de las artes más tradicionales de Japón, el Ikebana, se consolidó durante el período Muromachi, que comprende el intervalo de años que discurre entre 1338 y 1573, cuando los monjes utilizaban esta disciplina como herramienta de meditación y relajación. Su origen, sin embargo, es más antiguo y se confunde con la historia del país, su religiosidad y la importancia ritualística de las plantas.
Una de las bases del sintoísmo es la creencia de que el mundo está repleto de divinidades que habitan en elementos naturales como las plantas, las piedras, etc. Para acogerlas en los lugares sagrados, los sacerdotes seleccionaban los árboles que considerasen adecuados para actuar como una especie de antena espiritual (yorishiro). Otro ejemplo es el tamagochi, una ofrenda compuesta por una rama de sakaki decorada con tiras de papel, seda o algodón, presente hasta la actualidad en ceremonias religiosas.
El origen más evidente, sin embargo, son las ofrendas florales budistas, kuge, un hábito que nació, según la leyenda, del propio Buda Gautama. Se dice que, al ver una rama de rosas rota, se habría sentido conmovido por el estado de las flores y le habría pedido a un discípulo que las introdujera en un vaso de agua para que pudieran vivir más. Desde entonces, los budistas empezaron a decorar los altares con arreglos florales, trasladando esta costumbre a China, Corea y, por último, a Japón.
Técnica
La estructura clásica de los arreglos se basa en tres puntos principales, que simbolizan el cielo, la tierra y el hombre (Taiso Fuku), y no solo utiliza flores, sino también ramas, hojas, semillas y frutos.
Durante el proceso, las flores se fijan a un "kenzan" (una base con innumerables cerdas puntiagudas), que se mete en un recipiente lleno de agua. La composición está hecha para durar poco: en unas veinticuatro horas, se empezará a marchitar.
Con todo, aquel que piense que esta brevedad es una debilidad se equivoca, ya que se trata de una de las virtudes del Ikebana. Como en muchas otras artes orientales, el camino es más importante que la meta.
Estilos
Hay muchos. Algunos de los más conocidos son: Hana Isho
Una modalidad libre y más sencilla de Ikebana y, por tanto, la más recomendada para principiantes. Su tamaño es reducido, por lo que se adapta a espacios pequeños. Moribana
Se trata de uno de los estilos que más se practica, y significa "flores apiladas". Se usa una base plana y rasa, conocida como suiban, que crea un espejo de agua. Hanamai
Explora la belleza de las plantas a través de su interacción con el espacio. No hay diferencia entre el material principal y los materiales auxiliares, que no pueden ser más de dos. Heika
Quiere decir, literalmente, "flores de vaso". Emplea recipientes más altos y profundos.
Rimpa
Se basa en las pinturas decorativas de la escuela Rimpa, del período Edo. La idea consiste en reproducir la atmósfera de estas obras en arreglos florales.
Bunjin
Los llamados "arreglos de literatos", creados por intelectuales japoneses. En realidad, el término bunjin es chino y se refiere a estudiosos jubilados que solían llevar una vida sencilla, apreciaban la poesía y la pintura y coleccionaban objetos como bonsáis y pequeñas esculturas de insectos. Si quieres saber más sobre otros tipos de arreglos y composiciones florales, no te pierdas el curso de Diseño y creación de composiciones florales, de ORA The Floral Agency.
Versión en español de @laura_bernal_m
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