viernes, 4 de marzo de 2022

¿Qué es la neuroarquitectura y cómo mejora la calidad de vida?

¿Qué es la neuroarquitectura y cómo mejora la calidad de vida?

Descubre cómo las decisiones arquitectónicas pueden influir en la percepción y determinar el comportamiento humano

¿Sabías que el diseño de un espacio puede influir en cómo nos sentimos? ¡Pues sí! Algunas decisiones arquitectónicas hacen que nuestro cerebro interprete determinados mensajes y los traduzca en percepciones y sentimientos.

Por ejemplo, cuando entramos en un museo y respetamos el silencio, o si estamos en un pasillo largo con paredes oscuras y sentimos miedo.

La arquitectura de los espacios que nos rodean no solo determina cómo nos sentimos, también cómo nos comportamos o que desarrollemos determinados hábitos. Esto ocurre porque nuestro sistema nervioso es capaz de adaptar su morfología y su fisiología según los estímulos internos y externos.
Esta capacidad de adaptación morfológica y fisiológica se denomina plasticidad cerebral. Este descubrimiento surge del campo de la neurociencia, que estudia cómo nuestro cerebro reacciona, evoluciona y desarrolla respuestas a partir de estímulos.

De esta forma, podemos afirmar que la neuroarquitectura es la aplicación de conceptos de la neurociencia a espacios arquitectónicos, para comprender cómo influye el entorno físico en el comportamiento humano.

Al fin y al cabo, el cuerpo humano reacciona continuamente a estímulos externos mediante la liberación de sustancias químicas como hormonas o los neurotransmisores, más allá de la alteración de los estados mentales, la percepción y las emociones.

La neuroarquitectura en la planificación de ambientes

Los estudios en esta área también pretenden entender cómo crear ambientes que puedan inhibir o estimular determinados patrones, teniendo siempre en cuenta el objetivo de un espacio determinado.

Si estás creando una oficina en casa, ¿qué elementos puedes utilizar para aumentar la productividad? En tu habitación, ¿qué puedes hacer para crear un ambiente más tranquilo y acogedor?

Planear ambientes que hagan que las personas estén más relajadas, más animadas o que puedan aprender con más facilidad, por ejemplo, es el trabajo de la neuroarquitectura. Esto se puede aplicar en ambientes residenciales, corporativos, comerciales, escolares, y hospitalarios, así como en áreas externas, fachadas y obras urbanísticas. Vale para todos los espacios construidos por el ser humano y para el ser humano.

Así pues, la neuroarquitectura es una excelente herramienta para crear ambientes más saludables, analizando la rutina y las preferencias de una persona o de un grupo.

Es una experiencia personalizada que debe tener en cuenta cuestiones como la iluminación natural, las condiciones climáticas, la estructura arquitectónica o las variables urbanas, entre otras. Por lo tanto, no existe una regla que sirva para todos los proyectos.
Algunos ejemplos prácticos de neuroarquitectura son: una iluminación que simule el ritmo circadiano, que puede ayudar a quien sufra insomnio, la presencia de plantas dentro de casa para mejorar la calidad del aire, o la disposición de muebles ergonómicos que eviten dolores e incomodidades.

De forma general, la neuroarquitectura es el desarrollo de proyectos guiados por el ser humano.

Iluminación natural

Los ambientes con iluminación natural provocan sensación de intimidad y comodidad, ya que generan una proximidad con la naturaleza y con lo que está fuera. Además de estimular el ritmo natural del cuerpo, mejora la salud y el bienestar.

Para ello, los proyectos deben favorecer ventanas que permitan la entrada de luz natural y cortinas de tejidos ligeros.

Colores

En el libro Psicología del color. Cómo actúan los colores sobre los sentimientos y la razón, escrito en 1989, la especialista Eva Heller defiende que los colores y la forma en que los percibimos cambian según el contexto, pero también pueden estar asociados a experiencias universales que están profundamente enraizadas en nuestro lenguaje y en nuestro pensamiento.

Por eso, el color de un ambiente determina y provoca diversas sensaciones. El rojo, por ejemplo, transmite energía. El azul claro y el blanco transmiten tranquilidad y paz, así como el blanco roto genera más comodidad.

Ergonomía

La ergonomía no es más que la interacción del ser humano con el ambiente que le rodea, dando prioridad a la comodidad y la calidad de vida. Es bastante común en ambientes de trabajo en los que las sillas, las mesas y los objetos deben estar diseñados para reducir el impacto en el cuerpo de las personas.

Por ejemplo, una silla ergonómica y cómoda que no causa dolor de espalda, mesas adaptadas a la altura de cada persona, la altura de una pantalla o el diseño de un ratón que evite la tendinitis.

Estos aspectos ofrecen más comodidad y, por ello, más felicidad.

Organización

Pensar en la organización de un ambiente, dando prioridad a la circulación, la practicidad, la localización y la funcionalidad de los objetos, ayuda a crear atmósferas más agradables y estimulantes.

Elementos de la naturaleza

Al igual que la luz natural influye en el humor y en la percepción, los elementos naturales como plantas y decoraciones vivas pueden transformar un ambiente, ya sea mejorando la calidad del aire o creando una estética más cercana a la naturaleza.

¿Habías oído hablar de la neuroarquitectura? Si quieres profundizar en el concepto para aprender a crear espacios residenciales o laborales optimizados y relajantes, no te pierdas el curso de Ana García, Diseño de espacios saludables: bienestar y confort.

Y si tu curiosidad no tiene límites, no dejes de visitar la sorprendente sección Qué es de nuestro blog.

Versión en español de @sara_dealbornoz

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isaque.criscuolo

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