jueves, 18 de marzo de 2021

¡Hasta siempre Vicente Rojo! Adiós a un maestro del arte plástico mexicano

¡Hasta siempre Vicente Rojo! Adiós a un maestro del arte plástico mexicano

Despedimos al referente del diseño gráfico moderno mexicano fallecido a los 89 años en Ciudad de México


Galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes y el Premio México de Diseño, y pilar imprescindible en el diseño gráfico y la edición de publicaciones culturales, Vicente Rojo fue una de las figuras clave de la gráfica mexicana de la segunda mitad del siglo XX y uno de los creadores de la plástica mexicana moderna. Ha muerto en Ciudad de México a los 89 años.

Aunque Rojo nació en Barcelona en 1932, muy pronto, en 1946, se trasladó junto a su familia a México, ya que su padre residió allí como refugiado político desde el fin de la Guerra Civil Española. En México, Rojo encontró sus primeros maestros y las herramientas para moldearse en el oficio de diseñador gráfico primero y artista después. Su influencia fue decisiva en la escena cultural mexicana no sólo desde lo visual. Rojo siempre se confesó fascinado por la vida pública de los pintores mexicanos: “opinaban de todo: política, historia, educación, deportes", explicaba. Eso motivó su participación en muchas otras ramas del arte.

Además de ser uno de los artistas visuales más sobresalientes de su generación, Vicente Rojo colaboró en la fundación de editoriales, suplementos culturales y otras publicaciones que definieron la vida intelectual de ese país durante la segunda mitad del siglo XX. Fue pintor, escultor, editor y diseñador gráfico. Y una pieza maestra en el complejo engranaje que pone a circular a nuevos talentos en una escena. Sin ir más lejos, la editorial Era, de la cual fue director artístico, tuvo la asombrosa visión de publicar, en 1962, el poemario del mexicano José Emilio Pacheco, quien obtendría, en 2009, el Premio Cervantes de Literatura. También publicó la primera edición de El coronel no tiene quien le escriba en 1961, casi 20 años antes de que su autor, Gabriel García Márquez, se hiciera con el Nobel de Literatura.
Su vocación comenzó desde pequeño. Aunque creció en una casa sin ningún libro de arte, muy pronto se obsesionó con dibujar. Su obsesión mayor, según confesó recientemente, era dibujar bien algo que le quedó pendiente: un caballo. “Nunca lo logré, ni de chico, ni de grande”, expresó con la chispa que lo caracterizaba. Tal vez porque el destino le tenía preparada cosas más importantes que un caballo. Con el tiempo, Rojo se posicionaría como un artista de vanguardia por su abstraccionismo, en el polo opuesto a la estética que impulsaba la escuela mexicana, que era el realismo.

Los críticos hoy lo ubican como parte de un movimiento llamado La Ruptura que ha puesto foco en buscar nuevos lenguajes formales y conceptuales. En este movimiento se encuentran artistas como José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Roger von Gunten, Enrique Echeverría y Lilia Carrillo. Poco después de llegar a México Rojo estudió pintura y tipografía y también se formó en diseño gráfico, pero al principio no lo hizo en escuelas convencionales ni en una universidad, básicamente, porque ese tipo de formaciones no existían por entonces. Más bien profundizó en su juego de replicar carteles de avisos publicitarios sumando elementos propios. A sus 17 años comenzó a hacerlo para una nueva revista en el panorama mexicano, llamada Romance, en el que pudo aprender de los mejores de la época.

Su educación formal vendría luego, y serían seis años en La Esmeralda, la importante escuela de la plástica mexicana donde fueron maestros Diego Rivera, Frida Kahlo, José Chávez Morado, Raúl Anguiano y Agustín Lazo. Ya metido en el mundo artístico colaboró en el suplemento México en la Cultura del diario Novedades y en la oficina de ediciones del Instituto Nacional de Bellas Artes, también con la Revista de la Universidad de México, de la Universidad Nacional Autónoma de México y en el suplemento La cultura en México de la revista Siempre!. Expuso en numerosas ocasiones en México y en el extranjero, a partir de 1958, año en que comienza oficialmente su carrera como artista.

En 1991, fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de Bellas Artes, y el Premio México de Diseño, y participó en el diseño gráfico de diversas publicaciones culturales como, por ejemplo, la Revista de Bellas Artes (INBA), la Revista de la Universidad de México (UNAM), Plural, México en el Arte (INBA) y el periódico La Jornada, entre otros.
Hace 9 años, para su cumpleaños 80, Rojo había sido homenajeado con una muestra compuesta por más de 140 obras de estudiantes y colaboradores. En un homenaje reciente que le hizo el Gobierno mexicano, a través de la secretaría de Hacienda, el pintor abstracto y editor dijo: “Todo lo que he hecho ha sido ayudarme por la vida, ayudarme por mi vida, por mi manera de vivir. Supongo que ya a mi edad la muerte puede andar por ahí, pero no me preocupa”. También te puede interesar:

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denise.tempone

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