martes, 16 de febrero de 2021

Hablamos con el fotógrafo que ha retratado cien carnavales de Latinoamérica

Hablamos con el fotógrafo que ha retratado cien carnavales de Latinoamérica

Pablo Siquiroff lleva 25 años fotografiando carnavales por el Caribe, Perú, Bolivia o la Patagonia

A mediados de los años 80, el fotógrafo y psiquiatra argentino Pablo Siquiroff se enamoró del carnaval de Venecia. Había llegado allí de casualidad, con 20 años y durante su primer viaje a Europa, en uno de esos largos trayectos en tren en los que tantas personas descubren el viejo continente. Esa noche de febrero, entre máscaras y desconocidos encontró un motor que lo mantendría motivado como artista durante los próximos 25 años su vida: la fotografía de carnavales.

Hablamos con él para indagar cuál fue el momento del flechazo, cómo sostiene su proyecto y cómo hace para trabajar ¡mientras todos se divierten!

El primer carnaval: de Italia al folcrore del altiplano

"Mi primer flechazo con un carnaval fue en Europa, es cierto, pero durante los 25 años siguientes he decidido solamente ir a carnavales en América. América es lo que soy, es mi lugar, es mi casa. Después de Venecia decidí irme al carnaval de Oruro, en Bolivia. La idea que me llevó hasta ahí fue la de encontrar un contrapunto, lo opuesto a lo que había visto el año anterior ¡empezando por la temperatura!. Así que ahí terminé, en el altiplano, a 4.000 metros de altura, asándome entre diabladas, morenadas, caporales, y las danzas folclóricas del altiplano que comparten Perú, Bolivia y Chile".

La inspiración de su proyecto

"Por supuesto, fue lo visual lo que me atrajo de los carnavales, los brillos, los colores y esa cantidad de estímulos mezclados. Sin embargo, a medida que comencé a sumergirme en ese mundo, fui descubriendo conceptos muy profundos del ser humano que uno no experimenta en la vida cotidiana. En Oruro, Bolivia, por ejemplo, comprendí la noción de sincretismo".

"En los carnavales uno puede acceder a tener imágenes de cosas que son impalpables, intangibles."

"Para un psiquiatra, estas cosas son fascinantes. El sincretismo es algo que tienen en común todos los carnavales del mundo. Es la tendencia a juntar y armonizar corrientes de pensamiento, ideas y elementos opuestos. Es una característica de la cultura popular".

La mística boliviana

"El norte de Sudamérica está influido por la cultura Coya, pero también está mezclada con la influencia de los colonizadores. A su vez, también está la cultura de los mineros que mezclan y procesan todo. Los mineros bolivianos, que trabajan las entrañas de la tierra, suelen invocar al mito, a la leyenda del diablo. Le dicen diablo y nosotros pensamos en la tradición judeocristiana, en lo opuesto a Dios, que es el bien pero, para ellos, el diablo es un ser ser mitológico, una fuerza que habita en el interior de la tierra que, cuando quiere te da los minerales y cuando no, no te traga. Ese es un perfecto sincretismo, una asimilación de muchas cosmovisiones todas mezcladas. En los carnavales esas cosas se ponen en escena. Los disfraces de demonios, la tierra, los colores, el fuego, todo se representa, se metaboliza."

"Para poder interpretar lo que estás viendo, tenés que entender de qué están hablando esas tradiciones, ponerte en contexto."

Su método para trabajar

“A partir de mi segundo carnaval, de ese viaje a Oruro, propuse profesionalizarme. Y eso requería sistematizar un poco el proyecto, pensarlo como una investigación. Desde entonces, de marzo a diciembre he sido una persona y de diciembre a marzo, otra. Durante todo el año atiendo a chicos - mi especialización es la psiquiatría infantil - en Capital Federal, Buenos Aires, pero ya en noviembre, diciembre, comienzo mi siguiente investigación. Al inicio no eran épocas de Internet: iba a las embajadas, a bibliotecas, conseguía teléfonos, mandaba cartas".

"Hay culturas muy reticentes a las cámaras fotográficas, pero el carnaval suele tener otras reglas. Se comparte el espacio y la gente se iguala."

"Para enterarme de los personajes que habría en un carnaval, tenía que intentar dar con personas que me adelantaran algo. Así, iba conociendo a los agregados culturales, mandaba correos de fax y gastaba todo mi dinero en locutorios, intentando comunicarme con gente de las zonas a la que quería ir para que me explicarán qué iba a haber, a qué hora y dónde".

La llegada al escenario del carnaval

“Encarar el trabajo de esta forma hizo que, para el momento de llegar a los lugares, siempre alguien me estuviera esperando, alguien que se convertiría en un nuevo amigo y que se sentía halagado por mi interés en su cultura. Si bien es cierto que hay culturas en las que son muy reticentes a las cámaras fotográficas, el carnaval suele tener otras reglas. Se comparte el espacio y la gente se iguala. Cuando llegas habiendo hecho un trabajo previo, es más difícil que te miren mal".

"El respeto y la forma de aproximarse a los retratados es muy importante cuando uno no es de un lugar"

"En las Rogativas Mapuches, los rituales sagrados de los pueblos de la Patagonia, entendí la importancia de esto mejor que en cualquier lado. Es como estar sacando fotos en un templo, en un Sabbat, hay una sensación de que estás robando algo y por eso es fundamental que alguien te autorice”.

El simbolismo en el Caribe

"Después de Oruro me animé a alejarme más. Decidí ir más por Centroamérica. Colombia fue mi primer descubrimiento del Caribe, con su cultura, su mitología, sus ritmos y su asombrosa multiplicidad. Subí y pasé por zonas con historias muy fuertes, como Cuba. En el Caribe encontré otros simbolismos y otro folklore también muy complejo. Por un lado, había rastros de colonización europea, pero también estaba la memoria del mercado de la esclavitud negra, las invasiones, los piratas ingleses y las culturas indígenas que se fueron extinguiendo".

El equipo fotográfico básico

"Si tuviera que comparar el trabajo que hay que hacer en un carnaval, dirías que es algo así como el de un reportero gráfico, o si exagero un poco, el de un fotógrafo deportivo. En los corsosdromos, como en el campo de juego, hay adrenalina, cosas impredecibles y hay que anticiparse a situaciones que uno no puede controlar. Comencé trabajando con equipos analógicos porque era lo único que existía, y luego me pasé al digital".

"El lenguaje del carnaval y el lenguaje con el que trabaja la psiquiatría, la articulación simbólica, es la misma”

"En todo caso, es fundamental saber qué lentes y flashes van a servirnos previamente. La buena capacidad de obturación es muy importante. Estar cómodo para moverse ágilmente también. Y aunque uno creería que el flash es necesario, en general no lo es. Los brillos de la ropa y el maquillaje no lucen igual con el flash".

Trabajar cuando todos se divierten

"Durante estos 25 años jamás he perdido una cámara ni un rollo. Cuando termino de trabajar, lo primero que hago siempre, es dejar todo bajo siete llaves. Ahora copio las fotos inmediatamente. Si pudiera, me guardaría todo bajo la piel. He sido y aún soy tan obsesivo que trasladar los negativos era un drama. Siempre viajo por tierra y llevo todo en bolsos que no suelto pero, cuando empecé a viajar en avión, lo que más pánico me daba eran los detectores de metales. Siempre temía que sonaran y me sacaran todos los rollos ¡o que se me velaran todas las fotos!".

La psiquiatría y la fotografía

“A medida que me desarrollé en la psiquiatría siempre continué mi proyecto de los carnavales en paralelo y fui descubriendo una conexión que diría, es absoluta. El carnaval es una forma colectiva de la manera en que tenemos los seres humanos de procesar las cosas. El carnaval no es una fiesta alegre, no es una fiesta feliz. Metaforiza las tragedias que fueron surgiendo en la historia y en lo coyuntural, son expresiones humanas, formas de tramitar síntomas metafóricamente, como los sueños."

Su último carnaval: el de Uruguay

"El último carnaval al que fui fue en el 2020, una semana antes de que el mundo cambiara. Fui al de Montevideo, en Uruguay. El carnaval uruguayo es muy humorístico pero, en realidad, no sabes si llorar y reír. Tiene un modelo muy parecido al carnaval de Cadiz, de España. Están unidos por la historia, la inmigración gaditana llegó a Montevideo y trajo su tradición, de hecho, suelen invitarse mútuamente cada año. Es un carnaval muy inteligente, muy complejo, melancólico y alegre al mismo tiempo".

Consejo para fotógrafos

"Para encontrar el objeto de nuestra fascinación, recomiendo siempre hurgar en lo que a uno le conmueve. Sin pasión no hay búsqueda, sin búsqueda no hay pasión. Y, cuando lo encuentren, no intenten buscar una respuesta, déjense llevar por impulsos y preguntas, sigan el instinto creativo que es lo que nos hace estar vivos".

Si quieres saber más sobre murgas y comparsas, sobre el brillo y esplendor que recorren las calles de Latinoamérica en esta época del año, no dejes de chequear el sitio web de Pablo Siquiroff.

¿Te gustaría trabajar en tu propio proyecto fotográfico? Chequea los cursos de fotografía en Domestika. También te puede interesar:

10 accesorios de Carnaval que puedes crear en casa
10 curiosidades sobre el Carnaval que quizás no conozcas
Domestika Challenge: crea una diadema de Carnaval con objetos insólitos

denise.tempone

No hay comentarios.:

Publicar un comentario