El fundador de Ink Bad Company nos habla de uno de sus proyectos ilustrados más exóticos: postales desde Tel Aviv
Me llamo Juan Carlos y me dedico a la ilustración desde mi estudio unipersonal, céntrico y muy luminoso: Ink Bad Company. Antes de eso; nací en un pueblo de Jaén donde aprendí a varear olivos de forma tradicional, más tarde hice feliz a mi madre estudiando una carrera en Granada y terminé trasladándome a Valencia para dibujar alegremente a cambio de una contraprestación económica.
Mi campo de actuación es la ilustración adulta, comercial y para prensa. Y aunque he trabajado para clientes y agencias importantes en movidas mazo de guapas, quiero creer que para quien realmente dibujo es para mí mismo.
Hurgo dentro de la sesera y saco algunas cosas que he visto por ahí, las mezclo como puedo e intento que el resultado sea bebible y sepa bien. Básicamente, así es como funciona.
El germen del proyecto
El proyecto Greetings From Ha Tachana surgió por culpa de Roger Omar, un amigo mexicano, editor y culo inquieto. Una tarde de abril de hace un par de años, en un bareto de la Plaza del Xúquer (Valencia), me habló de la posibilidad de hacer una exposición con una muestra de mi trabajo en una galería de Tel Aviv con la que él ya había trabajado previamente. Después de resistirme todo lo que pude, terminé accediendo y así empezó esta historia.
Inicialmente se trataba de hacer una pieza que funcionase como el cartel de la exposición. En algún punto eso cambio y pensamos que sería buena idea hacer un pequeño souvenir a modo de postal que los asistentes pudieran llevársela a casa.
Finalmente, hicimos una edición limitada en serigrafía a tres tintas que mandamos a Tel Aviv.
Un proceso creativo digital que bebe de lo analógico
Desde hace un tiempo, la parte digital de mi trabajo ha ido comiendo terreno a la analógica. Primero, por necesidad (timings muy ajustados y cambios caprichosos) y luego por comodidad. Ahora, lo normal es que realice todo el proceso desde el ordenador.
Sigue poniéndome a tono dibujar y entintar sobre el papel, es lo que más disfruto, pero reconozco que le he terminado cogiendo el gusto a la Cintiq. Para mí, supone una forma diferente de trabajar el dibujo, más consciente y atenta al detalle. Me obliga a sintetizar lo que consigo con el papel de forma orgánica y sin despeinarme.
Este “procesado” de la imagen (y del dibujo), lejos de repelerme, me interesa mucho.
Por lo demás me mantengo autosuficiente: ningún plugin, paquete de presets o agentes externos.
Inspiración y referencias: de la West Coast al Mediterráneo oriental
Nunca he estado en Tel Aviv y el primer paso era bastante obvio: abrir Google y curiosear un poco.
HaTachana, el lugar donde se ubica la galería, fue la antigua estación terminal del ferrocarril que conectaba Jaffa con Jerusalén. Actualmente, el lugar está restaurado y convertido en un centro cultural y de ocio. Además, la estación está casi en primera linea de playa, a solo un paso del paseo marítimo, así que la ubicación ya me ofrecía los ingredientes perfectos —el tren y las exóticas playas de Tel Aviv— para armar esta idea de postal-souvenir.
Aunque no es ninguna ocurrencia por mi parte, recurrir al formato icónico de postal yanqui ("Saludos desde CALIFORNIA") era lo más práctico. Creo que quienes trabajamos con imágenes debemos buscar el tópico antes que el triple salto con tirabuzón de la originalidad. Usar este tipo de imágenes reconocibles, que en este caso cualquiera asocia inmediatamente con el concepto de "postal" y todo lo que lo rodea, te allana el camino. De este modo tengo ya la mitad del trabajo hecho; no soy un ilustrador conceptual, me interesa más lo formal. Después, se trata de ponerlo todo sobre el boceto y ver cómo queda, qué funciona y qué hay que cambiar. Siguiendo el esquema de las referencias; la imagen está compuesta por un lettering con una tipografía bold extruída, ocupando la mayor parte de la pieza. Dentro del texto, a modo de relleno, distribuyo toda la parafernalia gráfica: el tren cartoonero, la playa, una ola, una bañista a lomos de un flotador, un ramillete de flores con cara, un cerebro con gorra marinera y un par de platillos volantes.
A todo esto se suma un segundo bloque de texto con el nombre de la exposición, a modo de subtítulo y usando dos tipografías diferentes (una script y otra rollo Americana) que contrastan con el lettering principal.
Por último, un fondo sencillo que termina de darle el ambiente playero necesario al asunto.
En cuanto al color, la paleta estaba limitada desde el principio a tres tintas (negro, azul y naranja) por el tema de la edición en serigrafía. Mi proceso de coloreado, por la utilización de colores planos y la separación de tintas, se acerca por lo normal a este medio de impresión, así que fue como la seda. En el taller hubo que prestar especial atención y hacer algunas pruebas para conseguir ese cuarto color verde, de la superposición del azul y el naranja, pero eso fue todo. Al final salió bastante bien. ¡No olvides compartir tus proyectos con la comunidad!
Artículo redactado por Juan Carlo Guerrero, fundador del Estudio Ink Bad Company (@inkbadcompany), ilustrador y diseñador gráfico que en el curso Ilustración lowbrow: viaja al pasado con estilo te enseña a crear ilustraciones de inspiración retro con técnicas analógicas y digitales.
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