domingo, 15 de diciembre de 2019

Historia de los logos I: descubre el origen del primer logo

Historia de los logos I: descubre el origen del primer logo

Descubre cómo dos mil años de historia influyeron en los logos más conocidos del presente en esta primera entrega de la Historia de los logos

La presencia constante de marcas se ha convertido en una de las señas de identidad de los siglos XX y XXI: hace décadas que invadieron nuestra vida pública, y gracias a la tecnología digital, han llegado hasta el último rincón de nuestra vida privada. Y cada una de ellas tiene su identidad visual. Su logo.

Pero, ¿por qué algunos logos conectan con nosotros de una manera tan profunda? ¿Cuál fue el "primer" logo de la historia? ¿Tiene sentido en realidad esa pregunta? Descubre la respuesta en el siguiente vídeo, la primera parte de la Historia de los logos, centrada en la "prehistoria" y orígenes de esta forma de comunicación gráfica.

La simbología religiosa

La humanidad lleva prácticamente desde sus orígenes utilizando símbolos para representar realidades complejas. De todos ellos, algunos de los que más éxito han tenido desde hace miles de años son los asociados al culto religioso: ¿no es una marca la cruz cristiana, surgida hace más de dos mil años? ¿O la Estrella de David judía? ¿O la Creciente y Estrella musulmana?

Todas ellas poseen uno de los rasgos clave de las marcas contemporáneas: su capacidad para hacer referencia a algo intangible, imposible de comunicar con palabras, pero que asociamos a una forma de comportarse, de vivir o de ser. En ese sentido, muchas marcas modernas utilizan mensajes de mejora personal y de espíritu comunitario tradicionalmente asociados al culto espiritual.

Fabricantes y marcas de cantero

El interés por utilizar símbolos sencillos que denoten visualmente las características o calidad de una determinada marca también viene de lejos: se han hallado piezas de cerámica en civilizaciones tan dispares como la china, la azteca o el Imperio Romano, con marcas que hacen referencia, con símbolos básicos, a sus fabricantes.

Y no olvidemos las marcas de cantero, símbolos que estos profesionales constructores grababan en sus edificios y que han llegado hasta nuestros días. Con estas marcas, los distintos gremios de canteros indicaban su origen, el tipo de ruta en el que trabajaban o su grado de experiencia.

El arte de la heráldica

A partir del siglo X, con el establecimiento de las órdenes de caballería en la Europa medieval, surge un problema práctico: los caballeros, cubiertos con sus armaduras de los pies a la cabeza, se hacían irreconocibles en los campos de batalla y los torneos. Y eso, en una época en la que el honor y el reconocimiento bélico eran esenciales, no se podía permitir. Así que estos caballeros empezaron a decorar sus escudos con símbolos y colores que les hiciesen diferenciarse del resto.

De esta forma tan práctica surgió el arte de la heráldica, que con el paso de los siglos pasaría a definir también a la red vinculada a estos caballeros: sus escuderos, esposas, sus propiedades, sus territorios… los diseños se irían complejizando y su alcance haciéndose cada vez más mayor, convirtiendo el ego y la necesidad de reconocimiento de los nobles en una de las fuentes de diseño más relevantes de la historia.

Japón y los mon

Este sistema de identificación de clanes familiares existirá también en Japón, aunque de forma más minimalista. Allí aparecerán los mon, emblemas circulares usados por las familias de la aristocracia, que acabarían extendiéndose al resto de la sociedad, de forma similar a la difusión de la heráldica.

Al igual que los escudos medievales en Europa, los mon influirán en el origen de las primeras marcas del país nipón: es conocido que el logo de Mitsubishi, por ejemplo, combina los emblemas familiares de los Iwasaki, la familia del fundador de la empresa de electrodomésticos, y los Yamanouchi, los primeros que le dieron trabajo.

¿El primer logo?: Bass Brewery

Aunque hay varias marcas que se disputan el honor de haber sido los primeros en registrar un logo, allá por el siglo XIX, el caso más paradigmático es el de Bass Brewery, una popular marca de cervezas inglesa. La empresa llevaba ya desde antes de mediados del siglo XIX colocando un triángulo rojo en sus botellas de Pale Ale, y en 1876 se convirtió en la primera marca en registrar su logo, gracias a la aparición de la Trade Marks Registration Act surgida precisamente en ese año.

Según dice la leyenda, la mañana del uno de enero de 1876 un empleado de Bass estaba ya preparado delante de la oficina de registros londinense para registrar la marca, después de pasarse toda la noche de Año Nuevo esperando en la calle para ser el primero.

Pero el logo de Bass no es importante solo por ser el primero, sino también por su revolucionario diseño, que lo diferenció durante décadas de cualquier otra marca: en una época en la que los logos eran alambicados y complejos, llenos de detalles difíciles de leer, Bass se adelantó a toda la competencia confiándolo todo a un triángulo rojo. Un símbolo abstracto, minimalista y simplificado que les funcionó.

Y el logo no solo vendía, sino que también fue incorporado en la obra de artistas como Picasso o Manet, demostrando su papel central en una sociedad en la que las barreras entre arte y comercio empezaban a difuminarse. Descubre el resto de la historia de los logos próximamente.

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ricardojornet

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