Explora las diversas realidades humanas y naturales del país a través de la lente de premiados fotógrafos de México
Tradicionalmente, el mes de septiembre se considera el Mes Patrio de México porque fue durante esta treintena de días que inició la lucha por la independencia del país. La efeméride se conmemora cada año el día 16, sin embargo, más allá de los eventos del pasado, todo el mes es propicio para celebrar a sus creativos, sus expresiones culturales y riqueza natural de México.
Qué mejor que sea a través del trabajo de 7 premiados fotógrafos mexicanos que en las sales de plata y la luz hallaron los mejores medios para capturar las paradojas, ironías y contrastes de una tierra con tantos matices que se explica mejor en blanco y negro.
Echa un vistazo a su vida y obra; con suerte recibirás la inspiración que necesitas para tomar tu cámara y salir a fotografiar lo raro, único y sorprendente de tu entorno.
1. Lola Álvarez Bravo
Aunque nació en 1907 bajo el nombre de Dolores Martínez de Anda, firmó la mayor parte de su obra fotográfica con los apellidos del reconocido fotógrafo y artista Manuel Álvarez Bravo, de quien fue asistente y aprendiz antes de convertirse en su esposa. Poseedora de una gran curiosidad y de un espíritu rebelde, adoptar los apellidos de su esposo no la logró eclipsar; por el contrario: sus fotografías desbordan originalidad y portan el sello de una artista que consiguió capturar la experiencia humana allí donde apuntaba la lente, sin importar si se trataba de un edificio en construcción o el rostro de una celebridad.
Gracias a esta visión autoral, a su búsqueda por expresarse más allá de un mero registro, Lola Álvarez es reconocida como la primera fotógrafa mexicana y murió en 1993. Los campos que Lola Álvarez Bravo exploró a través de la fotografía fueron muy diversos. Como amiga de los artistas mexicanos más celebrados de mediados del siglo XX, tuvo acceso al mundo íntimo de personalidades como Frida Kahlo, Diego Rivera y Carlos Fuentes, de quienes hizo sus retratos más emblemáticos. Sin embargo, su mayor aporte al arte fotográfico quizás sea la nitidez con la que retrató al país en su transición hacia la modernidad y la explosión urbana, con todos los dramas y contrastes que ello implicó.
Así, su obra comprende desde fotografías sobre la vida campesina y la adaptación de las nuevas generaciones al entorno urbano, hasta collage estridentes con fotos de los primeros rascacielos de la Ciudad de México. ¿El común denominador de su arte? Un manejo magistral de las sombras, la lividez a la que parecen estar sometidos sus retratados y la habilidad con las que fotografió los matices de piel de los diferentes grupos humanos de México.
2. Mariana Yampolsky
Si bien nació en Chicago (Estados Unidos) en 1925, esta artista y fotógrafa ató su vida a México desde su arribo al país en 1945, año en el que empezó sus estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda.
Naturalizada como mexicana en 1954, estuvo involucrada en el impulso del arte y la cultura desde muchas trincheras, pues fue editora de una colección de libros infantiles, fundadora de una escuela pública de idiomas y una de las primeras mujeres en formar parte del prestigioso Taller de Gráfica Popular. Ese ímpetu por la creación, así como su admiración por la herencia cultural de México, la llevó a realizar numerosos viajes por todo el país para retratar a varias de sus comunidades indígenas. Uno de los grandes méritos de Yampolsky (además de sus cuidadas composiciones) es su capacidad para ir más allá del folklorismo y entregar retratos en los que sus sujetos ríen, arrullan, leen, consuelan o charlan con total naturalidad, obviando vestimentas, tonos de piel y entornos.
Sus fotos muestran con dignidad la faceta universal de quienes por siglos han sido desplazados por ser considerados “minoría”, y esta es una de las razones por las cuales la UNESCO declaró sus imágenes como patrimonio documental. La fotógrafa falleció en 2002.
3. Graciela Iturbide
El deseo de la fotógrafa Graciela Iturbide era convertirse en directora de cine. Sin embargo, no contaba con que durante su estancia en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos conocería al renombrado fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, para quien trabajó como asistente.
Durante los viajes que realizó con él por Latinoamérica se concretó su transición de la imagen en movimiento a la imagen fija; sin embargo, su capacidad para contar historias y cristalizar metáforas a través de la lente no la abandonaría jamás. Nacida en 1942 y aún en activo, Graciela Iturbide se caracteriza por realizar verdaderos poemas fotográficos en blanco y negro, capturas como esta de una corona de iguanas vivas o unos ojos que se transforman en aves muertas oscilan entre el ensueño y la pesadilla. Cercana siempre a la diversidad de México, documentó a los indígenas seris de Sonora y mujeres de distintas etnias de Oaxaca. Obsesionada durante años con el tema de la muerte, también realizó series sobre el sacrificio de animales con fines alimenticios e incluso sobre los ritos funerarios de infantes.
Y si bien algunas de sus obras son oníricas y otras estremecedoras, todas parecen dejar al espectador con varias incógnitas abiertas. ¿O qué historia sensata podría haber detrás de la imagen de una mujer seri que corre por la soledad del desierto con un reproductor de música en la mano?
4. Maya Goded
Que la sociedad mexicana actual sea el resultado del mestizaje entre civilizaciones indígenas y europeas no resulta sorprendente ni es una afirmación novedosa. Sin embargo, durante siglos se desdeñaron los aportes culturales de las poblaciones de origen africano, una “tercera raíz” casi siempre pasada por alto.
Por ello, dar visibilidad a las comunidades afromexicanas de la costa del Pacífico fue uno de los objetivos que Maya Goded tuvo en mente al realizar la serie Tierra Negra, publicada en 1991 bajo el mismo título. En ella, la fotógrafa mexicana registró momentos cotidianos salpicados de surrealismo y originalidad, como sucede con la imagen de un niño tomando una siesta en compañía de dos diminutos lechones. En sus fotografías, el uso del blanco y negro difumina y difumina los tonos de la piel, dejando al descubierto situaciones, personajes y momentos suspendidos en el tiempo que van más allá del origen étnico.
A partir de Tierra Negra, Maya Goded seguiría usando su cámara como instrumento de denuncia, ahora en el entorno urbano, como demuestra su serie Plaza de la Soledad, donde a través de primeros planos y miradas penetrantes exhibe con naturalidad la vida de sexoservidoras de distintas edades y procedencias. En toda su obra se percibe el interés de esta fotógrafa documentalista por dar voz a los desplazados y desfavorecidos.
5. Lourdes Grobet
México también está repleto de expresiones populares que, por su colorido y originalidad, se han convertido en símbolos del país. Una de ellas es la lucha libre, deporte-espectáculo, que nace de la gimnasia acrobática y del melodrama kitsch, y que tiene en la Ciudad de México su epicentro indiscutible.
Aunque nunca se enfrentó en un cara a cara sobre el cuadrilátero, la fotógrafa mexicana Lourdes Grobet fue la única capaz de mostrar el lado vulnerable de los luchadores a lo largo de los años. Nacida en 1940 en Ciudad de México, desde 1980 hasta 2018 Grobet capturó cada ángulo de la vida de estos gladiadores en spandex, desde su transformación en los vestuarios hasta sus piruetas arriba del ring. En especial, su obra destaca por lograr captar la cotidianeidad de los luchadores, permitiéndonos verlos probando un caldo recién sazonado en casa, oficiando una misa católica o portando el uniforme de su empleo formal como policía.
La fotógrafa, recientemente fallecida el 15 de julio de 2022, realizó miles de tomas de luchadores, y a pesar de que entabló una relación cercana con varios, a muchos de ellos jamás les vio el rostro. Resta suponer si no lo hizo para no fracturar la frontera entre el personaje y la persona, esa división entre lo real y lo aparente que se diluye a diario en México.
6. Sergio Tapiro
Los contrastes de México no se circunscriben a lo humano. También su geografía es cambiante, algo que obliga a cuestionarse si una no es reflejo de la otra. Esa diversidad ha inspirado a muchos fotógrafos a dirigir sus lentes hacia los santuarios naturales del país con la intención de celebrar su belleza y generar conciencia ambiental.
Y aunque solemos asociar a la fotografía de naturaleza con playas serenas y selvas relajantes, existen manifestaciones naturales capaces de despertar temor y admiración. Este es el caso del volcán de Colima, un coloso de casi 4 mil metros de alto ubicado al occidente de México que el fotógrafo Sergio Tapiro (1971) ha convertido en su principal musa. Considerado entre los mejores fotógrafos mexicanos de naturaleza hoy en día, su obra es espectacular. Durante casi 20 años, Sergio Tapiro se ha dedicado a registrar la actividad volcánica de México, cruzando a menudo los límites entre lo artístico y lo científico.
En su fotografía titulada El poder de la naturaleza, se puede apreciar con total claridad el choque entre un relámpago y una emanación de lava. Tanto por su espectacularidad como por su valor científico, la imagen fue incluida en la selección de World Press Photo en 2017, dando gran impulso a la carrera de Tapiro y mayor visibilidad a este género fotográfico.
7. Anuar Patjane
Antropólogo de profesión, este fotógrafo mexicano es el más joven de este listado. Nacido en 1981, encontró su pasión por la fotografía subacuática de forma inesperada. Aunque ya contaba con experiencia previa buceando, un día de 2012 decidió comprar un protector para el cuerpo de su cámara y disparar bajo las olas. ¿El resultado? Un enamoramiento con la sensación de estar suspendido en el agua, a merced de la marea, buscando el momento preciso en que un cardumen de peces o un halo de luz se encuentren. Reconocido por National Geographic y World Press Photo, Anuar Patjane ha elegido fotografiar en blanco y negro para concentrarse en los elementos más puros de la imagen: la luz, la sombra, y la forma.
Ello también le permite relajarse, desconectarse de todo y disfrutar cada inmersión, algo que le ha dado como frutos imágenes de una belleza etérea, que bien podrían haber sido posadas. Al menos eso transmite su foto Whale Whisperer, la cual ganó el segundo lugar de su categoría en World Press Photo 2016 y expone la riqueza subacuática del Mar de Cortés, en el noroeste de México. ¿Qué te ha parecido esta selección de fotógrafos mexicanos que retratan la diversidad y contrastes de su país?
Si tú también quieres expresar tus emociones o registrar eventos significativos, puedes conseguirlo apuntándote a alguno de los cursos online de fotografía de Domestika. Verás que con ellos recibirás el impulso para convertirte en un profesional.
Y no dudes en aprovechar este pack de 3 cursos con las mejores mentes creativas de México para despertar tus ideas con un grito de creatividad. Elige tres cursos entre una selección especial por tiempo limitado.
Para seguir inspirándote con la cámara
1. Enrique Metinides, el fotógrafo mexicano que retrató la muerte. Accidentes, crímenes y desastres naturales, este fotógrafo mexicano documenta la nota roja con una mirada singular.
2. Estos premiados fotoperiodistas ponen a Chile en la mira con historias de migración, protestas y carnavales andinos. Descubre a 10 fotoperiodistas chilenos a quién seguir de cerca.
3. 12 jóvenes fotógrafas retratan la belleza de los cuerpos reales con sus lentes en una nueva manera de entender y mirar la belleza femenina.
4. Descubre cursos sobre composición y edición fotográfica y mejora tus habilidades, tanto si eres principiante o avanzado con estos 12 cursos online de fotografía para mejorar tu técnica en 12 meses.
arturo_torres_landa
No hay comentarios.:
Publicar un comentario