La reconocida artista visual muestra cómo la fotografía puede ser un instrumento de interpretación del mundo a través de la mirada de cada uno
Cuando pensamos en la fotografía, solemos asociarla a su formato más tradicional, que es el bidimensional. Sin embargo, la obra de la artista Cláudia Jaguaribe demuestra que la fotografía puede transformarse a través de innumerables formatos y soportes, y que incluso puede ser un punto de partida que abre un mundo de posibilidades.
Su obra trasciende los soportes tradicionales de la fotografía y se materializa en libros con elaborados proyectos gráficos, fotoesculturas e instalaciones. Reconocida a nivel internacional, sus obras forman parte de importantes colecciones, como la del Museu de Arte Moderna (São Paulo), el Inhotim (Instituto de Arte Contemporâneo), Brumadinho, Itaú Cultural, Instituto Moreira Salles (Río de Janeiro), Victoria and Albert Museum, Maison Européene de la Photographie (París), Instituto Ítalo Latino Americano (Roma), Hangar art center, entre otros.
En este Maestros Domestika nos trasladamos al estudio de la artista en São Paulo para repasar su trayectoria y entender el proceso creativo que hay detrás de unas obras que desafían los formatos tradicionales de la fotografía.
La fotografía como herramienta
Para Cláudia, la fotografía es una herramienta para entender el mundo y para recortarlo. "Miro, fotografío y luego lo traigo de vuelta al estudio para repensar lo que fotografié inicialmente", dice la artista. Crea una especie de base de datos, y sus imágenes se utilizan en su totalidad, recortadas o editadas con otras a través de una especie de collage.
Materialidad
En cada obra el artista encuentra una solución diferente. La fotografía de Cláudia se materializa en los más diversos formatos, como fotoesculturas, instalaciones y libros: "Me gusta sacar la fotografía de la bidimensionalidad y llevarla a una forma más escultórica, una fotografía prospectiva, que propone nuevas formas de visión", afirma. Sus exposiciones proponen una experiencia multisensorial y muchas de sus obras tienen también un carácter lúdico, como es el caso de Calipso, materializada a pequeña y gran escala.
Paisaje híbrido
El paisaje híbrido, que surge del encuentro de la naturaleza con el entorno urbano, es un tema recurrente en las obras de la fotógrafa. "Tengo un tema constante y dependiendo del momento toma un formato distinto", explica. En la serie Jardins Imaginários, por ejemplo, combina un fondo urbano o degradado con plantas y elementos naturales. Cláudia explica que no salió a fotografiar estas plantas pensando en el resultado final, sino que el concepto de esta obra se fue construyendo poco a poco, a partir del análisis de sus archivos y de las posibilidades de materializar este trabajo.
Más que fotografiar
Ante el avance de la tecnología y con todas las posibilidades que esta aporta, es importante que los artistas sepan utilizar adecuadamente estos recursos. Utilizar la tecnología como una herramienta y no someterse a ella es uno de los consejos de la artista. "No se trata solo de fotografiar, hay que interpretar, tomar partido", añade. Para ella, la fotografía es una forma de pertenecer al mundo, de afirmar una identidad colectiva y relacional, y esto se puede ver en la obra de Cláudia, pero esa mirada que busca una interpretación más allá de lo evidente también puede desarrollarla cualquier artista.
Versión en español de @laura_bernal_m
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