jueves, 15 de julio de 2021

Cómo trabajar una ilustración a partir de un tono general

Cómo trabajar una ilustración a partir de un tono general

Aprende a hacer una ilustración a lápiz con este práctico ejercicio y crea imágenes cargadas de atmósfera

Cuando hacemos una ilustración a lápiz, a menudo vamos trabajando cada elemento de manera independiente. Eso no es un problema en sí, pero sí puede serlo cuando lo que intentamos es crear un ambiente general. La imagen puede parecer inacabada, como que le falta algo. Para evitar que eso suceda y conseguir así crear imágenes cargadas de atmósfera te propongo un ejercicio que explico a mis alumnos: trabajar toda la imagen a partir de un tono medio general.

Soy Dani Torrent, ilustrador y docente, y en este artículo veremos un ejemplo para ilustrar, paso a paso, a partir de un tono general. ¡Toma nota del proceso con mi explicación y las imágenes del paso a paso y cuéntame los resultados!

¿Qué material necesitas?

Para este ejercicio usaremos los siguientes materiales:

- Papel de esbozo

- Papel de dibujo un poco más grueso (vamos a borrar bastante)

- Lápices de diferentes durezas (sobre todo de la gama de los blandos)

- Un par de lápices de color (turquesa y vermellón)

- Otros materiales: una barra de difumino, goma, sacapuntas, cinta adhesiva de quita y pon y una mesa de luz

El proceso

A continuación detallaré cómo realizo mis ilustraciones a partir de un tono general para conseguir increíbles atmósferas y claroscuros.

Calca la composición

Cuando he tenido la composición hecha en el papel de esbozo (en este caso, unas señoras antiguas en una mercería), lo he calcado en el papel definitivo usando la mesa de luz. De esa manera tengo el papel perfecto cuando empiezo a trabajar en él y evito estropearlo con pruebas, cambios de opinion y borrones, pues con el lápiz cualquier imperfección que creemos en el papel luego se va a ver. Fíjala con cinta de carrocero

Como trabajaremos mucho sobre el dibujo, lo he pegado a la mesa de luz con cinta de carrocero (a todos los ha pasado lo de estar borrando las esquinas del dibujo y sin querer los hemos arrugado ¡horror!), además he dejado el esbozo debajo.

Cubre el papel con grafito ¡sin miedo!

Ahora viene un paso que horroriza a todos mis alumnos: ¡cubrir todo el papel con grafito! He usado una barra de grafito 6B para ir más rápido que con el lápiz, y luego lo he igualado un poco pasando el difumino.

Aquí pensarás, "Pero entonces, ¡nos desaparece el dibujo"! Bueno, intentemos que se vea aún un poquito. Además en mi caso, sólo tengo que encender la mesa de luz y como tengo el dibujo previo debajo se vuelve a ver con nitidez. Si no tenéis mesa de luz siempre podéis ir mirando el boceto que habéis hecho antes como referencia. Acentúa las zonas oscuras y abre claros con la goma

Ahora ya tenemos el tono medio construido. A partir de aquí, he empezado a acentuar las zonas oscuras con lápices y barras de grafito (2B, 4B, 6B y 12B) por un lado, y por el otro he empezando a abrir claros con la goma.

En este punto es importante empezar por zonas amplias e ir avanzando hacia las más detalladas. Para aclarar la parte exterior del aparador he hecho una reserva con cinta adhesiva de quita y pon para conseguir márgenes rectos y proteger las zonas que no quería borrar. Usa las gomas

Para abrir pequeños detalles blancos podemos usar las gomas de precisión, pero como yo no tenía ninguna he cortado una esquinita de mi goma con el cutter para obtener así un ángulo agudo y poder hacer líneas o formas claras con cierta minuciosidad.

Para mantener más o menos limpias estas zonas tendremos la precaución de ponernos una hoja debajo de la mano para no ir arrastrando grafito de un lado para otro.
La hora de los detalles

Aquí hemos pasado de las zonas más amplias a las más pequeñas para mantener así la visión de conjunto, y finalmente pondremos las líneas y detalles pequeños para que así no se vayan difuminando con tanto trajín. Y con esto tendríamos acabado el claroscuro. Con esto ya hecho veremos que con muy pocos toques de color la ilustración cobra vida. Los he usado sobre todo para las carnaciones (coloración de la carne) y para crear tramas y estampados que den un poco de alegría al conjunto. ¡Y ya está! Veréis lo limpio y acabado que queda cuando quitemos la cinta adhesiva y la ilustración aparezca enmarcada en un rectángulo perfectamente definido.

Este ejercicio puede resultar un poco laborioso pero os obligará a trabajar toda la escena como un conjunto y a dejar de obsesionaros por los detalles antes de tener un ambiente general. ¡Veréis qué resultados tan atmosféricos y dramáticos vais a obtener!

Artículo redactado por Daniel Torrent, Ilustrador de literatura infantil, juvenil y adulta, prensa y publicidad. Residente en Barcelona, Dani imparte talleres de ilustración en varias escuelas, en catalán, castellano, Inglés e italiano. Como pintor ha expuesto en España, Italia, Francia, Hungría, México y Estados Unidos. En Domestika imparte el curso de Ilustración expresiva trazo a trazo, donde te enseña a crear álbumes ilustrados para niños (y no tanto) con escenas evocadoras realizadas con lápices de color y pastel.

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