miércoles, 20 de enero de 2021

4 bromas que sacudieron el mundo del arte moderno

4 bromas que sacudieron el mundo del arte moderno

¿El arte moderno es realmente arte? Descubre qué chimpancés, adolescentes y falsos artistas lo ponen a prueba.

Al arte moderno no le faltan aficionados… ni tampoco detractores. Cuando la obra 'Comediante' del artista italiano Maurizio Cattelan se desveló en el Art Basel en Miami en 2019 y salió a la venta por 120.000 dólares, el arte moderno se convirtió en el blanco de desprecio, burlas y hasta enfado.

El motivo del revuelo fue que esta obra de arte consistía en una banana fresca pegada con cinta adhesiva a una pared. Incluso las marcas más famosas se sumaron a la broma, y las parodias duraron un tiempo considerable. Como en este caso reciente, ciertos estilos del arte moderno son muy controvertidos hoy en día, y llevan a mucha gente a preguntarse “¿Por qué está esto en un museo cuando yo puedo hacerlo también?”. No obstante, poner en duda la validez del mundo del arte no es una tendencia nueva. Son muchos los escépticos que a lo largo de la historia han querido desafiar desde el humor un mundo que puede resultar elitista e inaccesible. Descubre aquí los casos más célebres:
1. ¿Pinta un chimpancé mejor que tú?

¿Has visto alguna vez una pintura elogiada por los expertos y has pensado “esto parece hecho por un niño o por un chimpancé”? Probablemente Åke "Dacke" Axelsson, un periodista sueco, se planteó lo mismo y en 1964 tuvo una idea curiosa. Axelsson decidió que iba a poner a prueba a los críticos de arte presentando una serie de pinturas realizadas por un desconocido artista francés vanguardista llamado Pierre Brassau, con el objetivo de observar su reacción. Cuatro de sus obras se exhibieron en la Galería Christinae en Göteborg, donde causaron cierto furor entre los expertos. No obstante, no conocían un detalle clave: Pierre Brassau era, en realidad, un chimpancé de 4 años. Aunque uno de los críticos valoró negativamente las obras diciendo que “hasta un mono podría hacer esto”, la mayoría de ellos las halagó. El crítico Rolf Anderberg escribió en el Göteborgs-Posten que Brassau “pintaba con pinceladas poderosas pero con clara determinación” y que “era un artista que poseía la delicadeza de un bailarín de ballet.” Al descubrirse la broma, se defendió diciendo que los lienzos de Brassau habían sido los mejores de la exposición. 2. Disumbrationismo, el movimiento artístico ficticio

El novelista Paul Jordan-Smith no se contentó con un solo artista, sino que se inventó un movimiento artístico completo. Después de que los bodegones realistas que pintaba su mujer Sara Bixby Smith fueran mal recibidos entre los críticos, Jordan Smith decidió vengarse. En 1924, cogió un pincel por primera vez en su vida y pintó la obra titulada "Yes, we have no bananas", después retitulada "Exaltation", y la presentó en Exhibition of the Independents en el Waldorf-Astoria en Nueva York bajo el nombre de Pavel Jerdanowitch, creador de una nueva escuela de arte, el "Disumbrationismo". Los mismos críticos que habían criticado las pinturas realistas de su mujer recibieron esta nueva corriente artística con muchos elogios y admiración. Ante el triunfo de su burla, Jordan-Smith siguió creando más obras bajo el mismo seudónimo y expandiendo el alcance de su nueva escuela artística. Pero tanta admiración acabó frustrándole, y confesó toda la verdad en 1927 a Los Ángeles Times. Quién sabe si, de no haber dicho nada, quizá en las escuelas de arte moderno de hoy en día se estudiaría el Disumbrationismo. 3. ¿Conoces a Nat Tate?

¿Qué tienen en común el músico David Bowie, el escritor candidato al Premio Nobel Gore Vidal y el novelista William Boyd? Los 3 participaron en una broma que, aunque quizá no tan maliciosa como las anteriores, buscaba evidenciar ciertos aspectos negativos del mundo del arte moderno y las élites sociales. William Boyd creó el personaje de Nat Tate (bautizado por la National Gallery y la Tate Gallery), y escribió una autobiografía ficticia sobre su vida.

Gore Vidal añadió una recomendación en la chaqueta del libro que le dio legitimidad, y David Bowie lanzó una fiesta en su honor, en la que se exponían alguna de las pinturas que se habían conservado de este autor el Día de los Inocentes del 1998. En esa fiesta se leyeron extractos del libro para celebrar su vida y obra. Aunque la broma se descubrió rápidamente, cumplió con creces su objetivo. El periodista David Lister, uno de los primeros en poner en duda la existencia de Nat Nate, escribió en The Independent que durante la fiesta toda la élite social fingió conocer a este artista, asegurando que ya habían oído hablar de él y de su obra antes de ese evento. Extrañado de ser el único que no conocía este artista, investigó el libro y descubrió que las galerías mencionadas en él eran todas falsas, y que las pinturas habían sido pintadas por el propio novelista William Boyd.
Más tarde, los bromistas confesaron que la parte más divertida de la situación había sido ver cómo la gente había fingido conocer al artista de moda, demostrando el pánico que siente la élite a admitir su desconocimiento sobre algo. 4. Los Duchamp adolescentes

No hace falta ser un músico famoso, un novelista o un periodista para ver que en el mundo del arte moderno hay cosas de las que mofarse. Dos adolescentes (Kevin Nguyen, 16, y TJ Khayatan, 17) visitaron el San Francisco Museum of Modern Art y ciertas obras les llevaron a pensar “esto lo podría hacer yo también”. Decidieron pasar a la acción y ponerlo en práctica colocando unas gafas en un punto vacío de la exposición.
Las gafas se convirtieron rápidamente en una obra de arte admirada por el público, y los bromistas lo compartieron en Twitter. La broma se hizo viral en seguida e incluso el propio museo contestó con un tuit. “¿Será que tenemos un Marcel Duchamp entre nosotros?”, aludiendo a la controvertida obra de ese artista que consistía en un orinal colocado en un pedestal para romper con las nociones tradicionales de qué era el arte. Aunque el tema de qué es realmente arte y qué no sigue abierto a debate, lo que demuestran estas bromas es que, a pesar de sus detractores, si hay algo que no se le puede quitar al arte moderno es la creatividad que motiva.

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cati.gaya

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