Considerada la primera mujer cineasta, Alice Guy-Blaché fue pionera en el uso de técnicas que transformaron el cine
Alice Guy-Blaché nació en el suburbio parisino de Saint-Mandé en 1873. Sin embargo, su vida y su contribución a la cinematografía comenzaron a valorarse más de medio siglo después de su muerte.
Hasta hace poco, el significativo papel de Guy-Blaché había sido ignorado o borrado de los libros de historia, pese a que su obra consta de más de mil filmes escritos, dirigidos o producidos por ella, todos con gran carga emocional, dotados de una especial magia y con un mensaje universal. De hecho, su producción durante el primer cuarto del siglo XX fue mucho más nutrida que las de Thomas Edison, los hermanos Lumière y George Méliès.
Considerada la primera mujer cineasta, se encuentra entre los primeros creadores fílmicos en usar técnicas de narración, edición, close-ups, sonido sincronizado, efectos especiales y coloreado de película a mano. Su obra no sólo fue revolucionaria en un sentido técnico sino también temático.
Alice se inició en la cinematografía cuando se enteró de que el Comptoir General de la Photographie estaba en busca de una secretaria. En la entrevista para obtener el puesto conoció al inventor Léon Gaumont, quien después compraría la compañía para crear L. Gaumont et Cie, emporio que luego se encargaría de fabricar equipo para cine como el chrono de poche (1900), el chronophone (1902) y el chronochrome (1912).
En 1895, seis meses antes de que Auguste y Louis Lumière hicieran la primera demostración en público de su cinematógrafo –considerada la primera cámara de cine de la historia– en el Grand Café de París, Alice Guy-Blaché, de entonces 22 años, acudió a una proyección privada con Léon Gaumont. “Fue el nacimiento del cine”, afirma Alice en el documental Be Natural: The Untold Story of Alice Guy-Blaché. Cautivada por esa función, Alice cobró conciencia del potencial que tenía este nuevo medio para contar “…pequeñas historias inventadas por ella”, así que preguntó a Gaumont si podía filmar algunas escenas.
El cine narrativo
En aquel entonces, muchos incipientes cineastas ya se hallaban capturando escenas con sus cámaras. Sin embargo, sus películas lucían más como postales en movimiento: mostraban fragmentos de la vida cotidiana pero no contaban una historia. El cortometraje L’Arrivée d’un train en gare de La Ciotat, de los hermanos Lumière, o Surf at Monterey, de James H. White, son buenos ejemplos de lo anterior. Alice estaba convencida de que el cine tenía más que ofrecer, por eso escribió, dirigió y produjo su primer filme: La Fée aux Choux, en 1896. La Fée aux Choux, 1896 Celebrado como uno de los primeros filmes narrativos en la historia del cine, La Fée aux Choux combina elementos de los cuentos de hadas y el folklore francés. En la cinta, una mujer ataviada con un vestido decorado con flores extrae bebés de la parte posterior de unos enormes repollos. “Había un campo con una pequeña terraza de asfalto. Solo teníamos un tripié y lo llevábamos a todas partes mientras girábamos la manivela de la cámara con una mano. Así, con la ayuda de mi camarógrafo, creamos mi primer película, La Fée aux Choux”, recuerda Alice en una entrevista videograbada. El filme tuvo un gran éxito, estimulando a Alice a retomar la historia en producciones posteriores como Midwife to the Upper Class (1902) y Madame a des envies (1906).
En 1897, Gaumont promovió a Alice al puesto de jefa de producción, un rol en el que supervisó la creación de todos los filmes realizados por la compañía para vender sus cámaras. La Vie du Christ (1906) es uno de sus trabajos más notables de ese período. Con 30 minutos de duración, tuvo que echar mano de 25 sets, numerosas locaciones y más de 300 extras. La Vie du Christ, (1906)
El close-up
Durante su carrera, Alice experimentó con diferentes tomas y tiros fotográficos, convirtiéndose en pionera en el uso del close-up. En Madame a des envies, el cuadro se cierra sobre la protagonista –una mujer embarazada que no puede controlar sus antojos– cada vez que ella come o bebe algo que acaba de robarle a otro personaje. Madame a des envies, 1906
El coloreado a mano
Como se puede ver en Le départ d’Arlequin et de Pierrette (1900) y en Au bal de Flore (1900), Alice fue una de las primeras realizadoras en añadir color a sus filmes: cada cuadro era pintado y entintado a mano. Le départ d’Arlequin et de Pierrette , 1900 Au bal de Flore, 1900
El chronophone
Con el uso del chronophone, artefacto inventado por Léon Gaumont en 1902, Alice logró sincronizar las imágenes con el sonido. Incluso hay quienes consideran que fue ella quien inventó el video musical, pues en 1905 filmó a unos cantantes para luego hacer coincidir sus labios con una canción pregrabada. En otras palabras, se le puede considerar la creadora del playback.
La exploración de temáticas sociales a través del cine
En cuanto a los temas y personajes que elegía para explorar en sus cintas, Alice realizó decisiones muy valientes y transgresoras para la época. Ante todo, colocó a la mujer en el centro de su obra, y por eso sus personajes femeninos eran auténticos y profundos, sin la necesidad de ser siempre delicados sino también audaces y divertidos. En su película Two Little Rangers (1912), protagonizada por dos heroicas pistoleras, una de las intérpretes es una joven de largos rizos que acorrala al villano hasta tirarlo por un precipicio. Además, en su filme de 1906, The Consequences of Feminism, Alice se atreve a imaginar un mundo en el que los roles de género son invertidos. Two Little Rangers, 1912 Alice Guy-Blaché dirigió una de las primeras películas con un elenco formado en su totalidad por personas de color, A Fool and His Money (1912), mientras que en Making an American Citizen (1912), cuenta la historia de una pareja que migra de Europa Oriental hacia los Estados Unidos. Así, queda de manifiesto que no titubeó a la hora de exponer temas sociales, como el papel de la mujer en la sociedad, el antisemitismo, la inmigración y la religión. Making an American Citizen, 1912
Solax
En 1907 Alice Guy-Blaché renunció a su trabajo en Gaumont para mudarse con su esposo Herbert a los Estados Unidos, donde, en un acto sin precedentes, fundó su propia compañía: Solax. Desde entonces, Alice supervisó y participó en todas las etapas de la producción cinematográfica, e incluso no dudaba en tomar su auto o montar su caballo para explorar locaciones.
Para 1912, año en que nació su hijo Reginald, Solax era tan exitosa que Guy-Blaché construyó su propio plató de filmaciones en Fort Lee, New Jersey, cuna de la industria estadounidense del cine. En una de las paredes del estudio, Alice colgó un letrero con un mensaje dirigido a sus actores: «Sé natural». “Eso es todo lo que les pedía”, llegó a afirmar en una entrevista para un documental. Eventualmente, Solax, al igual que el resto de la industria fílmica de la Costa Este, sucumbió en los años 20 ante la meteórica expansión de Hollywood.
Alice Guy-Blaché fue pionera en la implementación de técnicas que transformaron la historia del cine. Finalmente, hoy es reconocida como la precursora que jugó un papel clave en la evolución de la industria fílmica de dos continentes.
Versión en español de @art_torres_landa
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