Descubre cómo las primeras películas dieron forma al aspecto de la icónica criatura de Mary Shelley
Cada Halloween, un elenco de personajes espeluznantes que seguro que nos resultan familiares aparece en maratones de películas de terror. Entre estos monstruos clásicos, hay uno que resulta especialmente distintivo por su cuadrada cabeza, su piel verde y sus tornillos en el cuello.
Aunque la creación de Mary Shelley se ha convertido en un ícono de la cultura popular, todavía hay algunas creencias erróneas sobre él que siguen confundiendo a la gente. Desde llamarlo por error por el nombre de su creador (Frankenstein) hasta ilustrarlo de color verde cuando, en su libro, Shelley describe su piel como amarilla y translúcida.
Descubre en el video a continuación cómo las limitaciones de las primeras películas hicieron que el monstruo de Frankenstein se volviera verde:
Frankenstein antes del cine
En su libro, Shelley escribió sobre el monstruo, “su piel amarilla apenas cubría el entramado de músculos y arterias que había debajo”. Esta descripción tiene sentido, especialmente si se considera que la criatura está construida a partir de partes provenientes de varios cadáveres.
En las adaptaciones teatrales del siglo XIX, el monstruo de Frankenstein adoptó diversas formas. En algunas producciones se le pintó de un blanco cadavérico, mientras que en otras era de color azul o verde, colores que lo ayudaban a destacar entre el resto del elenco. Por esa razón, el arte y las ilustraciones de esa época representan a un Frankenstein de distintos colores.
Creando a un monstruo
Pero fue la adaptación de la novela en blanco y negro de Universal en 1931 lo que le dio al monstruo de Frankenstein la apariencia y la piel verde con la que lo imaginamos hoy. Antes de este momento, no había una sola idea estandarizada de cómo era el monstruo.
Para la adaptación de Universal, el maquillador Jack Pierce creó la apariencia que seguimos asociando hoy en día con el monstruo de Frankenstein, dándole a la criatura una cabeza cuadrada con cicatrices y dos tornillos en el cuello, los que se habrían usado para revivirlo. Universal se quedó con los derechos de autor de la apariencia que Pierce diseñó.
Pierce también eligió pintar la piel del actor Boris Karloff de un verde grisáceo. Sin embargo, si miramos el material promocional de la película, el monstruo de Karloff fue representado como pálido o amarillento, reflejando el color planeado para la criatura.
Verde en blanco y negro
La disparidad entre el color de piel de Karloff en el set y en los carteles promocionales es el resultado de las limitaciones técnicas y las soluciones alternativas de la época.
Hasta la década de 1920, las películas se rodaban principalmente con película ortocromática, que es sensible a la luz azul y verde. Por tanto, esos colores aparecen más claros, mientras que el rojo aparece más oscuro. Una señal de que estás viendo una película capturada en película ortocromática es que el cielo aparece blanco y sobreexpuesto. Una complicación importante de la película ortocromática era que, debido a su sensibilidad a los tonos rojos y rosados, la piel de los actores se volvía gris oscura y sus labios, negros.
Los departamentos de maquillaje lo compensaron untando a los actores con maquillaje, jugando con las peculiaridades de la película ortocromática utilizando pintura con grasa de colores a los que era sensible: amarillo, azul y verde. Pero no todos pasaron la misma cantidad de tiempo en maquillaje; si miras películas antiguas, a menudo notarás que, si bien los protagonistas tienen una apariencia "normal", los extras suelen presentar un aspecto más oscuro.
Usando filtros de vidrio azul para aproximar cómo la película ortocromática capturaría una escena, los equipos de rodaje podían hacer ajustes al set, no para que se viera bien en persona, sino para que se vieran bien en la película.
Más tonos de gris
A finales de la década de 1920, un tipo de película conocida como pancromática se volvió mucho más barata, lo que la convirtió en el nuevo estándar de la industria. Capturaba más valores y detalles de gris y eliminaba la necesidad de planificar cuidadosamente las escenas en torno a la sensibilidad azul-verde. No obstante, como seguía siendo en blanco y negro, todavía tenía algunos inconvenientes: ciertos colores como el rojo y el azul todavía se veían prácticamente iguales en la imagen.
Aunque esto eliminó la necesidad de los maquillajes más extremos, los cineastas y maquilladores todavía necesitaban pensar en el valor del gris, en lugar del color, de los objetos que grababan con película en blanco y negro. Un gran ejemplo de esto es el colorido set de la serie de televisión The Addams Family, que se emitió entre 1964 y 1966.
Tiñéndose de verde
A pesar de la popularidad de la película pancromática, los maquilladores seguirían tomando decisiones basadas en las restricciones que presentaban el blanco y negro. La decisión de Pierce de pintar la piel de Karloff de un verde grisáceo fue una elección consciente para jugar con estas limitaciones, distinguiendo al monstruo del resto del elenco al darle un color de piel que se vería como un blanco fantasmal en la película.
La creación de Pierce, y el éxito de taquilla de Universal de 1931, continuaría con el lanzamiento de una franquicia cinematográfica que determinó el éxito del monstruo en la cultura popular. Cuando las imágenes de Karloff con su pintura facial de color verde salieron a la luz, el color acabó en la pantalla y, Hollywood, como lo ha hecho tantas otras veces antes, creó su propia mitología.
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