Descubre la verdadera historia y el significado del conocido como Símbolo de la Paz
Has visto este símbolo en pancartas, en manifestaciones, en camisetas, en collares… Son solo tres líneas y un círculo, pero seguro que sabes lo que representa: una idea tan abstracta y compleja como la paz.
Actualmente, este símbolo forma parte de la cultura global. Lo utilizamos para abanderar todo tipo de causas, y entendemos perfectamente su significado independientemente de nuestra procedencia. No obstante, ¿sabías que solo tiene unos 60 años de vida? ¿Y que su significado original era mucho más específico? ¿Por qué terminó siendo utilizado universalmente para representar la paz? Descúbrelo en el siguiente vídeo:
¿Qué hay detrás del diseño?
La energía nuclear es un asunto que ha sido, y sigue siendo, motivo de controversia y preocupación en la sociedad. Cuando el Reino Unido se convirtió a principios de los años 50 en el tercer país del mundo en fabricar y experimentar con bombas atómicas, el miedo a un conflicto nuclear empezó a crecer entre los británicos.
Para protestar contra la fabricación y el uso de las armas nucleares en Inglaterra, se organizó el año 1958 la conocida como Aldermaston March, en la que miles de manifestantes debían caminar desde Londres a Aldermaston (situado a unos 83km de distancia), donde se encontraba el Atomic Weapons Research Establishment. Esta campaña contaba con muchos participantes, entre los que se encontraba el diseñador Gerald Holtom.
Conociendo gracias a sus estudios y profesión el poder de la imagen, este activista decidió crear un símbolo que presidiera la marcha y fuera la bandera del movimiento de protesta. Lo diseñó de modo que el mensaje contra las armas nucleares fuera inmediatamente reconocible y tuviera, gracias a este elemento visual, más poder e influencia. Holtom buscó un símbolo representativo, y a la vez sencillo de entender y recordar. Por eso, utilizó las letras "N" y "D", por "Nuclear Disarmament", en el alfabeto de banderas con el que se comunican los marineros en alta mar. Pero el símbolo tiene también otro significado: representa a una persona desesperada con los brazos extendidos y las palmas abiertas, como el hombre delante del pelotón de fusilamiento en el famoso cuadro de Goya, “El 3 de mayo en Madrid”.
Evolución del su significado
La idea de Gerald Holtom surtió efecto, y el símbolo se popularizó rápidamente entre los detractores de las armas nucleares. De hecho, tuvo tanto éxito que su uso traspasó fronteras y se extendió rápidamente por todo el mundo.
Tanto se extendió, que su transformación fue inevitable: en el momento en que distintas personas protestando por causas diferentes alrededor del mundo lo empezaron a utilizar, su significado empezó a evolucionar para reivindicar ideas mucho más generales, más allá del rechazo a las armas nucleares. De hecho, se cree que cuando llegó a Estados Unidos fue utilizado primero durante el Movimiento por los Derechos Civiles en los años 60, pero se popularizó más tarde cuando los manifestantes contra la guerra de Vietnam lo adoptaron como emblema de la anti-violencia y la contracultura.
A partir de ese momento, fue utilizado por toda clase de colectivos para defender sus causas en todo el mundo: en las protestas contra el Apartheid en Sudáfrica, contra la invasión soviética en Checoslovaquia, a favor de los derechos LGTBQ+, el feminismo, el medioambiente...
Un símbolo que nos pertenece a todos
¿Cómo es posible que un símbolo que se utilizó en una protesta concreta, antes de la era digital, haya conseguido tener una repercusión así?
La razón está en su propio diseño: su simplicidad lo hace fácil de dibujar y recordar, y el mensaje que transmite es un valor universal que la mayoría entiende y persigue. Por esto, en sus más de 60 años de historia, ha sido versionado, adaptado y usado por todo tipo de personas y movimientos para defender principios más generales como la tolerancia o la igualdad. Esta viralidad la hizo posible también el propio Gerald Holtom que, siendo el creador reconocido del símbolo, decidió no registrarlo a pesar de su éxito y repercusión.
Sin copyright que limite su uso y distribución, este símbolo de la paz y de los derechos humanos no pertenece a nadie y está, por tanto, en manos de todos utilizarlo para reivindicar la paz. Te puede interesar
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