Se trata de un movimiento que defiende los valores de la producción artesanal y el trabajo de bordado a baja revolución
Si algo nos han enseñado las técnicas tradicionales que se han ido transmitiendo de generación en generación y aprendido en los oficios es que no siempre es necesario producir mucho y rápido, ni mucho menos una pieza perfecta, para producir bien.
De hecho, existe un movimiento en torno al bordado que consiste, precisamente, en disfrutar del camino, deleitarse con cada puntada y experimentar con las posibilidades que ofrece el dedicarle tiempo a planificar el siguiente paso –o simplemente dejarse llevar–. Se trata del slow stitching y la artista textil mexicana Gabriela Martínez (@ofeliayantelmo) es una de sus mayores abanderadas.
Hemos hablado con ella para conocer mejor qué es y en qué consiste el movimiento del slow stitching, además de aprender cómo podemos sumarnos a esta corriente de bordado lento.
¿Qué es el slow stitching?
El slow stitching una rama más dentro de la filosofía del Slow Movement, que aboga por regresar a los procesos preindustriales, procesos lentos que le brindan calidad y un valor personal a los objetos. Se trata de desacelerar y crear desde un balance sustentable; de reutilizar; de hacer las cosas lo mejor posible y no lo más rápido posible; de saborear el tiempo, no de contarlo...
El slow stitchig ("bordado lento") no es una técnica en específico, es una invitación a practicar el bordado con una profunda observación en lo que pasa mientras se borda. "Lento" es mucho más que el tiempo que se tarda en hacer las cosas. Más que esperar un cierto resultado se trata de hacernos más conscientes de nuestro proceso creativo por el simple placer de crear, de disfrutar el camino.
El bordado a mano es una técnica que, por naturaleza, es lenta. Es una actividad repetitiva que exige presencia, pero que también te puede llevar a un lugar de conexión con tu cuerpo, con los materiales y con tu entorno, ya que el bordado –y las artes textiles en general– son históricamente reconocidas como prácticas que se crean en comunidad para plasmar memorias.
El slow stitching es, simplemente, aplicar el bordado como una herramienta para desacelerar y estar presente.
¿Quién puede practicar slow stitching?
El slow stitching es para cualquier persona que quiera bajar a la velocidad por un momento y dejar huella en algún objeto. Solo basta con buscar el tiempo y un poco de práctica.
¿Qué se necesita para practicarlo?
Los materiales necesarios son: aguja, hilo y cualquier soporte textil al alcance... todo puede servir para reusar. Se necesitan conocimientos muy básicos y rápidos de aprender, que se van dominando y adaptando según la mano de cada uno, a través de la actividad repetitiva de meter y sacar la aguja.
¿Cómo te encontraste tú con la filosofía del slow stitching?
Yo conocí el término y la filosofía en el libro 'Slow Stitch', de Clare Wellesley- Smith, que llegó a mi poco antes de decidir renunciar y emprender. Lo compré, inicialmente, porque me encantó la edición; me llamó mucho la atención la estética que había en todas las fotos que mostraba.
Es un libro delicioso al tacto y el contenido es muy valioso. Cuando lo comencé a leer todo cobró sentido en mí, sentó las bases de por qué hago lo que hago hoy en día y marcó un camino importante de un proyecto que moldeó mi filosofía y manera de querer vivir.
¿Cuáles son los orígenes del slow stitching?
El slow stitching es una propuesta del bordado con la filosofía del Slow Movement ("movimiento lento"). Clare Wellesley- Smtih describe que el origen de este movimiento se da en los 80 con el Slow Food Movement, en Italia, como una protesta contra las compañías trasnacionales de comida rápida que descuidaban la tierra, la calidad de los alimentos y la conexión que nace en ritual del buen comer.
Después se desencadenaron movimientos similares como slow cities, slow fashion, slow business, etc. Una revolución cultural en contra de la creencia de que rápido siempre es mejor, de que el tiempo es dinero y que lo único importante es vender. Es un movimiento que propone desacelerar los procesos para crear un balance sustentable y conectar con nosotros mismos.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere iniciarse en el slow stitching?
¡Que le pierda el miedo al bordado! No hay una forma correcta de hacerlo y la maravilla es que, como es una actividad lenta, las decisiones se toman sobre la marcha. Siempre existe la opción de cortar el hilo, regresar y tomar otro camino con la apertura de un final diferente.
Es una técnica muy noble y sus posibilidades son infinitas. Además, es una buena oportunidad para probar una alternativa de meditar con hilo. Gabriela Martínez, creadora de la marca Ofelia & Antelmo –un proyecto de arte textil enfocado en el bordado a mano que busca generar piezas únicas llenas de texturas y colores– imparte en Domestika el curso Diseño de prendas artesanales desde cero en el que te enseña a crear y bordar obras textiles a mano siguiendo la filosofía del slow stitching y haciendo que disfrutes de las técnicas tradicionales.
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