martes, 21 de mayo de 2019

La aventura de publicar tu primer libro infantil por Flavia Zorrilla

La aventura de publicar tu primer libro infantil por Flavia Zorrilla

Hablamos con esta talentosa ilustradora mexicana sobre el proceso para llegar a publicar Gustavo the Shy Ghost

Originaria de la Ciudad de México, Flavia Zorrilla estudió Diseño Gráfico pero se especializó en ilustración y libros para niños. Ha ilustrado más de 10 libros, un carré (pañuelo) Hermès, una cafetera de Frida Kahlo y tazas para Chocolate Abuelita, entre otras muchas cosas. El próximo año, Walker Books publicará su primer libro como autora e ilustradora, titulado Gustavo the Shy Ghost; un sueño que ha perseguido durante más de una década.

Conversamos con ella sobre la pasión de contar historias, sus influencias y la experiencia de estar preparando su primer libro. ¿De dónde surge tu interés por la ilustración y la pasión de contar historias?

De niña me gustaba dibujar todo el tiempo y leer sobre pintura; mi mamá tenía muchas enciclopedias y me encantaba hojearlas. Sin embargo, cuando tuve que ir a la universidad, no quise estudiar Bellas Artes porque asumí que, si lo hacía, iba a terminar haciendo instalaciones o arte conceptual.

Mi hermana, que es 11 años mayor que yo, estudió Diseño Gráfico; se me hacían divertidas sus tareas, me la pasaba pegada a ella viendo cómo sacaba fotos, diseñaba logotipos o usaba Photoshop, así que le copié y estudié lo mismo. Después de graduarme, pensé que quería dedicarme al branding y al empaque, pero descubrí que me aburría. En realidad, lo que yo quería era desarrollar mi estilo como ilustradora y escribir los libros que a mí me hubiera gustado leer de niña. ¿Cuáles son tus mayores influencias?

Más que influencias, yo los llamaría ejemplos a seguir. Primero, mi "hermaña" (con Ñ), porque gracias a ella estudié diseño y conocí muchas cosas maravillosas como la música balcánica, la URSS, a los hombres-solitarios-que-cantan-canciones-atroces (Leonard Cohen, Tom Waits y Nick Cave), la lectura de libros sobre libros, etc. Es mi ídola.

Mis ilustradores favoritos suelen ser los que también escriben sus libros: Carson Ellis, Jon Klassen, Keith Negley, Isol, Paloma Valdivia, Beatrice Allemagna, Sara Fannelli, Anushka, Allepuz, Marta Altés, Tomi Ungerer, Juan Palomino, son muchísimos. Todos ellos tienen estilos muy diferentes pero admiro su capacidad para imaginar historias que me hacen reír, me sorprenden o me ponen a pensar y que además son visualmente hermosas.

Además, me fascinan los manuscritos iluminados de la Edad Media, el Art Brut, el arte Naif, las artesanías mexicanas y rusas. Amo a Bosch, Brueghel el Viejo, Matisse y Chagall. Me gusta ver mucho cine de terror y, obvio, me encanta el trabajo de Guillermo del Toro. ¿Cómo definirías tu estilo estético?

Creo que el estilo es la mezcla de las fortalezas y debilidades de un artista y de cómo las aprovecha; así como del imaginario que surge a partir de su experiencia, interés y gusto personal.

Visualmente, como sé que la perspectiva no es uno de mis puntos fuertes, me gusta distorsionar los planos y jugar con la anti-perspectiva en mis composiciones, un poco como cubista, me centro más en la abstracción que en el realismo. Creo que el uso del color es uno de mis puntos fuertes y me encanta poner atención al detalle y a la psicología de mis personajes, todo lo que los rodea tiene una razón de ser. ¿Y en cuanto a tu temática?

Creo que mis editoras y agente dirían que me gusta lo oscuro y lo cómico. Me fascinan los cuentos de hadas, pero en sus versiones originales, tenebrosas y retorcidas, llenas de canibalismo, abandono, brujas, muerte y duras lecciones. Mucho de lo que hago últimamente está lleno de monstruos y entes sobrenaturales.

¿Qué es lo mejor de la ilustración como medio de comunicación, artístico y creativo?

La ilustración, al contrario del arte (sobre todo el posmoderno) no suele intimidar al público. No es necesario ir a galerías o museos en donde se trata a la obra como si se tratara de un ente supremo, divino e inalcanzable. No estoy diciendo que una cosa esté bien y la otra mal, o que una sea superior y otra inferior, simplemente son diferentes.

Para mí lo maravilloso de la ilustración es que en general se trata de una expresión artística accesible en muchos niveles; la puedes encontrar y disfrutar en todas partes, desde libros, telas, ropa y tatuajes, hasta en una animación en tu celular, incluso en la publicidad.

La ilustración vive en, y forma al mundo cotidiano. Hablemos de tu primer libro, ¿cómo fue el proceso que llevaste desde la primera idea y la compartiste con la editorial, hasta su preparación para publicación?

Al terminar la maestría yo ya tenía escritos unos tres o cuatro proyectos y estaba en negociaciones para ver con quién firmaba contrato. Una editorial pequeña en Londres (que hace unos libros preciosos) ya me había hecho una oferta; por otra parte yo llevaba años soñando en hacer libros con Walker Books, pero ninguno de los proyectos que tenía les terminaba de convencer.

En una junta, antes de despedirme, les mencioné que tenía otras ideas, entre ellas la historia de un fantasma muy tímido que para protegerse a sí mismo se ocultaba debajo de su sábana, pero que finalmente, cuando lograba superar su timidez, la sábana se iba para descubrir lo que realmente había debajo de ella... Les dio mucha risa y pensaron que podría ser buena idea, sobre todo si lo mezclábamos con el Día de Muertos, fue entonces cuando me hicieron una oferta que no pude ni quise rechazar. Al inicio no tenía muy clara la idea de cómo iba a desarrollarse la historia, lo que sí sabía, era que mi personaje iba a ser un fantasma muy tímido. Comencé por dibujar a Gustavo en todas las situaciones posibles para saber qué es lo que le gusta hacer y cómo reaccionaría ante ciertas situaciones. De niña yo era muy tímida y me costaba mucho trabajo hacer amigos, así que me puse a escribir sobre mis experiencias y a pensar qué me ayudó a hacer amigos. Después pasé todo a un storyboard, se arma organizando los bocetos con los textos para ir viendo cómo funciona la secuencia. Normalmente hay que editarlo muchas veces. Para el arte final hice los dibujos a lápiz y tinta en capas y edité los colores en Photoshop.

Fue un proceso muy largo que duró más o menos un año, pero mi equipo me ayudó mucho cuando ya no sabía cómo avanzar. Estoy muy agradecida de que este sea mi primer libro porque me representa como autora, tiene todo lo que me gusta: monstruos, Día de Muertos y colores brillantes. ¿Cuáles consideras que fueron los problemas más grandes que tuviste que sortear durante este proceso? ¿Se pueden evitar o son primordiales para el crecimiento, tanto del libro como de forma personal?

Hubo varios aciertos y desaciertos durante el proceso creativo, pero los fuimos resolviendo poco a poco. Es ingenuo pensar que todo va a salir bien a la primera pero no suele ser así. Tienes que ser autocrítico y evaluar con seriedad qué cosas funcionan y qué cosas no. A veces, aunque nos guste mucho una idea (como el primer final de la sábana), no es necesariamente lo que mejor funciona para la historia y hay que aprender a buscar otros caminos.

¿Cuáles crees que han sido los mayores aciertos?

Siempre es buena idea confiar en que eres capaz de hacer un buen trabajo, creer en tu personaje, confiar en por qué es importante para ti contar esa historia y en que tu equipo también puede tener cosas muy buenas que aportar. ¿Cuál fue la mejor experiencia de todo este proyecto?

Supongo que será ver el libro impreso, verlo en las librerías, en mis manos y en manos de otros en 2020.

¿Qué disfrutas más, crear historias o darles vida a través del dibujo?

No trabajo como la escritora que se sienta a crear su historia hasta que la termina para luego ilustrarla. En realidad, se trata de un proceso simultáneo, muchas veces las imágenes surgen antes que el texto. Ambos son inseparables y se disfrutan por igual, pero de manera distinta. Lo más difícil es la creación de la historia porque quieres que todo tenga sentido, coherencia, ritmo y un final sorprendente y cuando lo logras es increíblemente satisfactorio. En cambio, la ilustración es un proceso más relajado, siempre y cuando sepas organizar bien tus tiempos y no dejes todo para el último momento. ¿Tienes alguna obsesión como ilustradora?

Por alguna razón he descubierto que de manera recurrente me gusta dibujar cosas "medievalosas", bichos raros, personajes con parche en el ojo, princesas punk, mujeres con piernas peludas y peces con piernas.

¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?

El proceso creativo, con todas sus dificultades. Creo que además para mí es muy lindo saber que este tipo de historias acercan a los niños a la lectura, siento que estoy haciendo algo valioso con mi tiempo. También me fascina ver los dibujos que los niños hacen inspirándose en mis dibujos.

¿Algún anticonsejo que le quieras dar a aquellos que quieran empezar a ilustrar?

Nunca termines lo que ya empezaste. Flavia Zorrilla.

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martinjuliov

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