Este artista toma diversas parejas y las coloca en enorme bolsas de plástico para retratar su lado más emocional
Nacido en Tokio, Haruhiko Kawaguchi nunca sintió afinidad por las artes hasta que comenzó sus estudios universitarios, cuando conoció distintas culturas gracias a sus compañeros provenientes de otros países. Tan pronto como tuvo la oportunidad, dejó Japón para comenzar un viaje por Oriente Medio y la India, fue ahí donde encontró su verdadera pasión creativa: la fotografía. La cámara se convirtió en su herramienta para superar su timidez y las limitaciones de comunicación con las personas.
Después de graduarse comenzó a trabajar en una agencia de publicidad, lo que le permitió adquirir un conjunto más amplio de habilidades fotográficas y poco a poco se fue involucrando en el mundo editorial. Pero fue durante 2009 cuando el fotógrafo empezó su carrera artística de una manera bastante particular: decidió usar a parejas y su amor para elaborar composiciones en torno a la individualidad, la unión, la comunicación y la intimidad. Para ello metió a sus modelos dentro de bolsas transparentes gigantes hechas de una capa muy fina de plástico, las cuales sella al vacío (no sin antes ser protegidos con crema para evitar algún daño en la piel). Como su propósito era capturar la esencia del amor, sus modelos pocas veces son profesionales, la mayoría de personas retratadas son invitadas por él mientras pasea por las calles de Shinjuku. Así es como ha incluido a músicos, bailarines, strippers, trabajadores, gerentes de restaurantes y bares, fotógrafos, empresarios y desempleados, de todas las edades, sexos, razas o estilos.
Posteriormente le pidió a cada pareja que posase como si estuvieran en una cabina fotográfica y les propuse que realizasen formas alternativas y divertidas. Todo mientras estaban cubiertas en plástico, lo que obligaba a realizar la fotografía a contrarreloj, forzando a perfeccionar la técnica y ojo de Kawaguchi, ya que las personas solo pueden permanecer cubiertas unos segundos debido a la falta de oxígeno.
Debido a que su manera de crear arte es sumamente peligrosa, cuenta con pocas series, entre la que se destaca la realizada para la portada de álbum de la cantante Santigold. Su fotografías transmiten un sentido de unión como pocas veces se ve, donde se hace alusión a los últimos momentos entre ambas personas. En sus palabras:
"Aunque una pareja se rompa siempre quedará un momento para la posteridad y qué mejor que una fotografía para registrar la fusión temporal de cuerpos y almas. Quiero capturar el amor como realmente es, encapsular la realidad viva en mis imágenes, creo que estoy desafiando a un tema majestuoso".
El fotógrafo ha expuesto en Japón, Estados Unidos, Taiwán, Canadá, Australia, Francia y Holanda. Y varias de sus fotografías forman parte de la gran colección de arte contemporáneo japonés de Jean Pigozzi. Haruhiko Kawaguchi.
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