Descubre cinco curiosidades sobre el mundo de la pintura al óleo que tal vez desconocías
¿Qué tienen en común El nacimiento de Venus de Botticelli, La noche estrellada de Van Gogh y La joven de la perla de Vermeer? Que además de ser grandes obras maestras, las tres son excelentes ejemplos de pinturas al óleo.
Gracias a sus ricas texturas, versatilidad y opulencia visual, la pintura al óleo es una elección muy popular para muchos artistas del mundo. ¿Pero sabes de dónde vienen las pinturas al óleo? o ¿conoces los extraños y maravillosos materiales que eran empleados para fabricarlas?
Averígualo en este video.
Orígenes antiguos
Gracias a lo populares que son las obras de Rafael y Leonardo Da Vinci, mucha gente cree erróneamente que la pintura al óleo se originó durante el Renacimiento. De hecho, el origen de esta técnica se puede rastrear hasta el siglo VII a.C. en Bamiyán, Afganistán, donde los monjes budistas solían usar aceites de nuez y amapola como aglutinante para las pinturas que plasmaron al interior de las cuevas.
Un pasado colorido
En la actualidad, lo más común es fabricar pinturas al óleo con pigmentos sintéticos; sin embargo, no siempre ha sido así. Algunos colores en particular tienen antecedentes muy interesantes. Un buen ejemplo es el amarillo indio, del cual se dice que era elaborado con orina de vacas alimentadas con hojas de mango. Otro es el púrpura de Tiro (el favorito de los antiguos romanos), que se hacía con las glándulas de ciertos caracoles de mar. ¿Y en cuanto al marrón momia? Aunque no lo creas, era elaborado con los restos molidos de momias egipcias.
Receta para el éxito
Técnicamente, las pinturas al óleo no secan, sino que se fijan y endurecen. Dependiendo del grosor de las capas aplicadas, de los pigmentos y del tipo de aceite empleado para fijarlos, este proceso puede tomar varias horas, días o incluso semanas. El pintor renacentista Jan van Eyck descubrió una fórmula que incluía una mezcla de aceites de linaza y nuez que “secaba” en el tiempo correcto, y como no tenía la menor intención de dar a conocer su hallazgo, lo mantuvo en secreto hasta poco antes de su muerte, cuando se lo reveló al pintor Antonello Da Messina.
El precio de la fama
Todos conocemos a la Mona Lisa, la famosa obra maestra de Da Vinci. Así, tal vez no te sorprenda saber que se trata de la pintura al óleo más cara del mundo, valorada en 867 millones de dólares. Sin embargo, venderla es ilegal de acuerdo con las leyes de Francia, pues las colecciones exhibidas en sus museos pertenecen a organismos públicos y, por tanto, son consideradas propiedad pública.
El impresionismo y los tubos de pintura
Todos damos por sentada la facilidad con la que se pueden comprar y almacenar pintura al óleo en la actualidad. Esos prácticos tubitos de metal nos permiten emplear pinturas premezcladas frescas y listas para usar, ya sea que estemos pintando en un estudio o al aire libre. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo hacían los pintores del pasado para mezclar y almacenar sus pinturas antes de la invención del mencionado tubo? En realidad, los artistas también tenían un poco de científicos, pues debían mezclar sus pigmentos a mano al interior de un laboratorio para luego guardarlos en vejigas de cerdo. Cuando John Goffe Rand inventó el primer tubo de pintura oprimible, en 1841, fue considerado un gran descubrimiento y un factor determinante para el ascenso del impresionismo. Ahora, los artistas podían pintar paisajes en plain air (un elemento distintivo del estilo impresionista) usando pinturas que eran fáciles de transportar y que no se secaban en el trayecto.
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Versión en español de @arturo_torres_landa
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